ESTÉTICA DE LAS POTENCIAS

PROCESO DE OBRA

Los entes poseen “potencias” como características posibles de su proyección hacia el entorno. Lo post-humano aparece en la abstracción como conexión conceptual y física entre humanos y tecnologías, en sus procesos de individuación, donde una potencia se materializa en el gesto o forma significante que ancla las energías e individualidades (tomar una piedra, alzarla bajos las leyes de la gravedad, la proyección de una luz, energía emocional, un abrazo, etc).


Cada una de estas partes se unen desde la indeterminación, la energía del caos. Así es como la potencia enlaza, donde podemos experimentar y observar una estética de los enlaces, de la abstracción, de la indeterminación. No existen principios ni finales, solo gestos que inscriben etapas en una permanente transformación.

Un eventual fin del sol - entendido como el el inicio del fin del sol como fenómeno-forma observable - no es más que la potencia de sus elementos químicos hacia otra dimensión “extra-sol”. Desde aquí, lo que se busca no es una solución definitiva, porque esta no existe (sacrificio humano o comunitario de “salvar” al sol), si no que la intención es hacerse parte del “hito-muerte”, de esta lenta explosión, continuado con el proceso cósmico.

La  potencia se desarrolla desde la individuación de “monitores” y una serie de técnicas (cuerpo-nave-comunidad) que propician una un ritual abierto a la indeterminación, pero con gestos e hitos claros bajo cierta temporalidad que permita mantener el enlace.